la casa del nigromante (en curso)

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181. Aisanne,

otra historia bien chingona, felicitaciones

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182. el_brujo_sopancho,

teniendo en cuenta lo que puso @ el_pichon ayer tiene más sentido lo del bucle, pero eso que dice al final de buenos días pues de alguna manera u otra se puede interpretar como un sueño, ya que toda la escena transcurre por la noche y de un momento a otro el amigo del protagonista le dice buenos días. ¿y lo del hombre? pues parte del sueño también

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183. alaska ,

muy buenas y terroríficas historias! Ahora esperando más para este fin de semana!

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184. vrivri,

Aaaaa buenísimo! Genial!

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185. Dingaku,

A tientas en el bosque toqué un árbol, fue extraño, lo que debía sentirse como un rugoso tronco desnudo se sintió como una gran bestia cubierta de pelo, pelo grueso, y tibio.
Seguí andando a tientas por unos minutos más, cuando un hormigueo invadió mi piel, sensación que no tardó en convertirse en pinchazos y luego en un dolor sordo e insoportable.
Pasaba el tiempo y mi respiración se tornaba cada vez más pesada y dificultosa, no dejaba de percibir ese olor a sangre, a mi sangre, que brotaba de mi boca y mi nariz en ráfagas cada que tosiendo se desgarraban mis pulmones y mi garganta, lo que antes fueron ásperos gritos ahora no eran más que gorgoteos y sibilancias.
Solo podía gritar la voz de mi cabeza, la que sentía esas vellosidades brotando de mi piel, rompiéndola, mis articulaciones abriéndose y haciendo que mis extremidades se congelaran en toda su amplitud mientras se hacían rígidas, dolorosamente rígidas.

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186. Delicious_icecream,

rofl demasiado corta

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187. inuyassha,

deecho no es por mal pero fredi tiene razón muy corto para el gusto

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188. draco_malfoy,

les gustan largas? :P

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189. galletitas,

no sé si este sea el lugar preciso para esos chistes xd.

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190. Alexander-Mortem,

exacto, con sus chistesitos de mal gusto a otro lado por favor

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191. Aisanne,

pero que tienen los chistecitos xd. entre historia e historia vienen vien

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192. Alexander-Mortem,

que no me gustan, ay algo que quiero mantener con este hilo sabes, y comentarios así rompen con eso

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193. ninlla-friio ,

exactamente. todo en el lugar que se debe chicos. no arruinar este hilo que está así bien chingón y venoso

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194. Alexander-Mortem,

hola mis queridos disípulos, les habla su maéstro, el nigromante, bienvenidos a mi casa

Antes de presentar las historias de hoy, quiero saludar a un amigo, que digo amigo, a mi hermano del alma, reiko, mi bro, gracias por cer mi compa, por apollarme en mis momentos difísiles, y por estár aí cuando te é necesitado, de todo corazón, muchas gracias.

¿el nigromante presenta?

acesinos japoneces, el terror de las cayes orientales...

Tsutomu Miyazaki...

La vida de Tsutomu Miyazaki comenzó en Itsukaichi, Tokio, un fatídico 21
de agosto de 1962, día en que éste nació prematuramente. Pesaba apenas
2,2 kg, y las articulaciones de sus manos estaban fusionadas del tal
forma que le era imposible doblar las muñecas hacia arriba. Aquello
marcó su vida.

Cuando tenía cinco años, un compañero de clase se burlaba con frecuencia
de sus “manos divertidas.” Debido al complejo que desarrolló con
respecto a sus manos, siempre evitaba mostrarlas en las fotos familiares.

Desde el momento en que llegó a la escuela primaria Itsukaichi, Miyazaki
fue en cierto modo invisible, por lo que sus compañeros y profesores lo
recuerdan como un niño tranquilo, solitario e incapaz de hacer amigos.
Pero Tsutomu, al igual que otros niños, tenía sueños para su futuro, tal
y como muestra en estas palabras de un ensayo escrito en tercer grado:

"Cuando sea grande, quiero comprar un coche e ir conduciendo. Me
detendré en un restaurante y comeré un poco de curry, arroz o algo.
Incluso podría visitar a mis parientes".

Sin embargo, lo cierto es que muchas veces terminaba culpando a sus
manos deformes por no conseguir sus metas. Se sentía frustrado, y su
refugio eran las historietas y el manga, que leía ávidamente hasta altas
horas de la noche.

Por otra parte, Tsutomu era definitivamente un niño inteligente.
Encerrado en su propio mundo, estudió duro y llegó a alcanzar la mayor
puntuación entre los estudiantes que dieron el examen de ingreso para
entrar en la Meidai Nakano High School. Cada día, por tres años, Tsutomu
dedicó dos horas al estudio, consiguiendo siempre altas calificaciones.

No obstante, posteriormente empezó a desmotivarse por los estudios y, en
lugar de unirse a los grupos de estudios, se retiraba a dibujar cómics
en un rincón apartado.

En cuanto a la universidad, inicialmente Tsutomu planeaba, sobre todo en
base a su alto rendimiento en Inglés, ingresar a la Universidad de
Meiji, afiliada a su colegio; sin embargo, tras su desmotivación
académica acabó en el rango 40 de los 56 estudiantes de su aula, cosa
que le impidió entrar en la Universidad de Meiji, pero él no se dio por
vencido y se puso a estudiar Fotografía Técnica en una universidad
local, graduándose en 1983, para posteriormente ingresar a trabajar en
una imprenta que pertenecía a un conocido de su padre.

Después trabajar algunos años en la imprenta y ahorrar más de 3 millones
de yenes, Tsutomu se trasladó de nuevo a la casa familiar, donde
compartió con su hermana mayor una habitación doble anexada a la casa
principal, cerca de los negocios de impresión de su padre.
Adicionalmente Katsumi Miyazaki, padre de Tsutomu, poseía el _Akikawa
Shimbun_, un importante periódico local en el área de Itsukaichi, la
zona más interior de Tokio, donde la familia Miyazaki gozaba de una
significativa influencia política.

Pese al status de la familia de Tsutomu, ésta tuvo poca influencia sobre
él, quizá por lo distante que se mostraba pues, por ejemplo, su padre y
su madre eran dos adictos al trabajo, y eso conllevaba una falta de
contacto que intentaban compensar con cosas materiales como el sedán
Nissan Langley que le regalaron, y que usó para sus crímenes…

"Si hubiese tratado de hablar con mis padres acerca de mis problemas,
ellos me habrían ignorado", diría Tsutomu tras su captura, agregando que
incluso llegó a pensar en el suicidio.

Setsuko y Haruko, las dos hermanas menores de Tsutomu, lo encontraban
repulsivo… Únicamente su abuelo Shokichi, hombre reconocido que había
servido en el consejo de la ciudad, se mostró interesado en él.

Paralelamente, Tsutomu evitaba el contacto con las mujeres de su edad,
no solo por el complejo de sus manos deformes sino por una especie de
sentimiento de inferioridad sexual; y es que, según contó sobre él uno
de sus compañeros de secundaria:

"Su pene no era más grueso que un lápiz ni más largo que un palillo de
dientes".

Pese a dicha falencia, Tsutomu presentaba un apetito sexual más elevado
que el promedio, al punto de que en la universidad solía aprovechar los
partidos de tenis para fotografiar o filmar la entrepierna de las
jugadoras… Como era de imaginarse, su vida sexual era un asunto
puramente onanista, aunque terminó en el sendero de la parafilia porque,
cansado de la pornografía normal, en 1984 empezó a consumir pornografía
infantil. Se volvió pedófilo, tal y como suele sucederle a quienes
sufren sentimientos de inferioridad sexual.

"Cuando era niño, él no hizo amigos cercanos, por lo que no consiguió
información sobre el sexo en el mundo real. En cambio, se volvió hacia
los vídeos, los cómics, y la pornografía.", dijo sobre Tsutomu el Dr. Oda.

¿Cómo los vicios antinaturales que tenía Miyazaki lo llevaron a matar?

Según el profesor Ishii de la Universidad Aoyama Gakuin, "la gente crece
en ambientes similares pero nunca se convierte en asesina".

El detonante de los asesinatos parece haber sido la muerte del abuelo de
Tsutomu en mayo de 1988, tres meses antes del primer asesinato. Su
abuelo era el único vínculo humano cálido que tenía Tsutomu en su vida
adulta, y su muerte marcó una ruptura con la sociedad, significando un
episodio tan doloroso en su vida que, tras la cremación de su abuelo,
ingirió parte de sus cenizas para encarnarlo en alguna forma…

La muerte del abuelo también alejó a Tsutomu de su familia, con la que
ya venía mostrándose agresivo. Por ejemplo, una vez su hermana más joven
lo pilló espiándola mientras se bañaba, e indignada le gritó, pero él
montó en cólera, entró al baño, la agarró de los pelos y le golpeó la
cabeza contra la bañera, golpeando después a su propia madre cuando
ésta, tras enterarse, le dijo que debía pasar más tiempo trabajando y
menos tiempo con sus vídeos…

En el fondo Tsutomu se sentía desamparado, por lo que tras salir a la
luz sus crímenes él dijo:

"Me sentía solo, y cada vez que veía a una niña jugando sola, era casi
como verme a mí mismo."

Entre 1988 y 1989, Tsutomu mutiló y mató a cuatro niñas, de cuatro a
siete años; después abusó sexualmente de sus cadáveres y, con su tercera
y cuarta víctima, devoró partes de los cuerpos…

Durante el día, Miyazaki era un hombre tranquilo, y un empleado afable y
obediente, pero ese mismo otaku descente y aparentemente inofensivo, fue
el monstruo que seleccionó más o menos de forma azarosa a cuatro
inocentes niñas, siendo incluso tan cruel que, con el mismo cinismo
burlón con que Albert Fish envió una carta a la madre de una de sus
víctimas, mandó cartas a las familias de las víctimas, describiendo
mórbida y detallosamente lo que hizo en cada caso…

Poco después de las 3 pm del 22 de agosto de 1988, la pequeña Mary Konno
de cuatro años de edad, salió de su casa ubicada en el complejo de
apartamentos Iruma, en Saitama. Ella supuestamente iba a jugar con una
amiga, pero ya eran las 6:23 pm y no regresaba, por lo que su padre, el
arquitecto Shigeo Konno, llamó a la Policía para notificar su
desaparición, sin saber que, mientras alguien atendía su llamada, su
hija estaba siendo estrangulada a unos 50 kilómetros, en medio del
silencio cómplice de los árboles…

Volviendo en el tiempo, Mary estaba caminando en medio del complejo de
apartamentos a inicios de la tarde, cuando de pronto un Nissan Langley
se detuvo cerca, el vidrio del conductor se bajó y un hombre joven de
mirada apacible le preguntó:

"¿No te gustaría ir a un lugar más fresco?". Hacía sol, así que Mary
asintió con la cabeza y se sentó junto al desconocido.

En su gran inocencia, Mary jugaba alegremente con los botones de la
radio del coche, mientras Tsutomu avanzaba hacia Hachioji, al oeste de
Tokio. Justo antes de llegar al puente Musashino, Tsutomu giró a la
derecha, en dirección a Itsukaichi.

Había transcurrido una hora cuando Tsutomu se detuvo en un estrecho
camino tierroso, en medio de los bosques que rodeaban la central
Shintama, un complejo de adusta apariencia, que se alzaba en medio de la
vegetación cual si fuera una inmensa y profética lápida.

El hombre y la niña se bajaron del coche y caminaron, hasta donde
comenzaba el camino a Komine Pass, por un sendero montañoso rodeado de
árboles hinoki y sugi. Las cigarras saltaban por uno y otro lado y el
ruido de las palomas se escuchaba en medio de aquel verdor impregnado
por un calor sofocante.

En este punto cualquier criatura habría corrido o llorado, pero el
corazón de Mary era tan blanco como las nubes, y ésta siguió caminando
con el monstruo hasta que, tras unos 20 o 30 minutos, ambos se sentaron
al borde del desolado sendero.

Mary estaba cansada y algo perturbada, de modo que empezó a sollozar.
Tsutomu entró en pánico:

¿Qué pasaba si la niña gritaba y alguien venía?

Para prevenir eso, mejor era matarla de una vez, así que el monstruo
colocó las manos en el cuello de la niñita mientras el rostro de ésta
esbozó una mueca de pánico antes de congelarse para siempre… Moría la
niña y nacía el asesino de 26 años, quien ahora tomaba el cuerpo inerte
de la pequeña, lo desnudaba, lo acariciaba con lascivia, incapaz de
sentir remordimiento o pesar alguno… Finalmente tomó las prendas de
vestir de la niña, la dejó en posición de reposo y regresó a su coche.

Después de su desaparición, los patrulleros de la Policía advertían con
altavoces a los padres sobre el peligro de no mantener vigilados en todo
momento a sus hijos pequeños. A pesar de que fue etiquetado oficialmente
como un caso de desaparición, desde el principio la Policía inició la
investigación como si se tratara de un asesinato.

La búsqueda infructuosa de Mary Konno finalmente disminuyó después de
cuatro semanas; pero, apenas transcurridas dos semanas desde el decline
de la búsqueda, Tsutomu volvió a cobrarse una vida inocente la tarde del
3 de octubre de 1988, cuando vio a la niña Masami Yoshizawa de siete
años caminando al borde de una carretera ubicada en la prefectura de
Saitama.

Entonces la convenció de subir al coche y se dirigió a las colinas de
Komine Pass, donde cometió su primer asesinato. Allí, viendo que no
hubiera ningún testigo y en un momento en que la niña estaba
desprevenida, el asesino le apretó el cuello, la desnudó una vez muerta
y abusó sexualmente del cadáver; sin embargo, se llevó un gran susto al
ver que el cuerpecito de la niña, aparentemente inerte, se estremeció
súbitamente.

En ese momento no pudo seguir, y aterrado corrió al coche y se marchó
antes de que el sol cayese, dejando el cadáver de Masami a una distancia
aproximada de apenas 100 metros del cadáver de Mary.

Tras reportarse la desaparición, grupos de búsqueda locales se
repartieron por toda la zona, y pronto la cara de Masami apareció en
cientos de carteles emitidos por la Policía, que terminaría
entrevistando a unos 2.300 residentes locales. Otra vez más, no se
encontraron pistas sobre el paradero de la víctima.

El 12 de diciembre, el asesinato de una niña de cuatro años de edad,
originaria de Kawagoe, haría la diferencia y pondría a Tsutomu en
peligro de ser capturado, en gran parte porque el cadáver aparecería
poco después del asesinato, y eso desataría una enorme cacería policial
bajo la sospecha de que también Mary y Misami habían caído por la misma
causa.

Y es que Tsutomu nunca había mostrado mucho aprecio por la vida: ya
antes, había estrangulado a un perro con alambre, lanzo al río un gato y
hervido en agua a otro… Como explicó el Dr. Oda, su inmersión en el
insano mundo de cierto tipo de vídeos, le había "quitado la conciencia
de la realidad", de modo que "todo se convirtió en un elemento para él,
incluyendo a las personas", por lo que a fin de cuentas, "las niñas que
mató no eran más que personajes del libro de comics de su propia vida"…

El caso del 12 de diciembre antes aludido era el de Erika Namba, quien
regresaba de la casa de un amigo cuando el asesino la metió en su coche
y, sin hacer caso de sus lágrimas, condujo hasta el área de aparcamiento
de la Casa de la Joven Naturaleza, en Naguri. Allí, Tsutomu obligó a
Erika a desnudarse en el asiento trasero, y empezó a fotografiarla con
luz estroboscópica, hasta que otro coche pasó cerca, iluminando
momentáneamente el rostro de Tsutomu y haciendo que Erika solloce de
nuevo, cosa que enojo al asesino, el cual la estranguló, quitándole la
vida a eso de las 7 pm.

Tras matarla, el asesino envolvió cuidadosamente el cadáver en una
sábana y lo puso en el baúl del coche, se deshizo de la ropa de la
víctima dejándola en el bosque cerca de la zona de estacionamiento, y
dejó el cadáver con las manos y los pies atados, a unos 50 km de la casa
en donde alguna vez fue una niña alegre y llena de vida…

Al día siguiente el cadáver de Erika fue encontrado y quinientos
policías exploraron el bosque en busca de más pistas, pero no
encontraron nada. Sin embargo ya estaba claro que todas las chicas eran
de la Prefectura de Saitama y todos los cadáveres estaban cercanos entre
sí, por lo cual, como dijo un periodista, "tan pronto como encontraron
el cuerpo de la tercera chica, empezaron a tratar el asunto como un caso
de asesinato en serie".

Las anteriores no eran las únicas pistas raras, ya que la Policía
encontró que las familias de las víctimas tenían algo en común: todas
habían sido molestadas por llamadas telefónicas inusuales, en que el
teléfono sonaba pero la persona al otro lado de la línea no decía nada,
siendo capaz de timbrar por unos 20 minutos hasta que se le contestara,
solo para comunicar ese incómodo silencio. Así mismo, tanto los Namba
como los Konno habían recibido tarjetas postales con alusiones a sus
niñas muertas…

Debido a la histeria popular desatada tras la muerte de Erika, Tsutomu
no volvió a matar hasta el siguiente verano.

Así, el 6 de febrero el padre de Mary encontró una caja con restos
humanos calcinados, 10 dientes de leche, pantaloncitos de niña,
sandalias y una prenda infantil de ropa interior, además de una hoja de
papel con estas palabras:

"Mary. Huesos. Cremación. Investigar. Probar"

El siniestro envío desató una serie de investigaciones, alboroto social
y alarma mediática, pero en ese marco de acontecimientos se dudaba de
que los restos fueran de Mary, por lo que el asesino, en un gesto
desmedido de megalomanía criminal, envió una confesión escrita de 3
páginas el 11 de febrero.

Junto a la carta de 3 páginas, adjuntaba una foto de la víctima y, entre
otras cosas, escribía lo siguiente:

"Puse la caja de cartón con los restos de Mary delante de su casa. Hice
todo. Desde el inicio del incidente Mari hasta el final. Vi la
conferencia de prensa de la Policía, donde dijeron que los restos no
eran Mary. Ante las cámaras, su madre dijo que el informe le dio nuevas
esperanzas de que Mary aún podría estar viva. Supe entonces que tenía
que escribir esta confesión para que la madre de Mary no siguiera
esperando en vano. Lo repito: los restos son de Mary".

La carta estaba firmada por un tal “Yoko Imada”, nombre evidentemente
ficticio que había sido elegido porque hacía juego de palabras con
“ahora te diré” en japonés.

La confesión causó gran alboroto. Peritos en caligrafía examinaron la
nota de confesión, pero no pudieron establecer el sexo del autor. Más de
medio millón de folletos que citaban la confesión, fueron entregados por
la Policía en hogares de las zonas donde vivieron las víctimas.

La policía posteriormente identificó que la cámara con que se tomó la
foto adjuntada a la confesión era una Mamiya 6×7, y que el tipo de letra
de las postales estaba hecha con fotocomposición.

El 11 de marzo de 1989 se efectuó el funeral de Mary con los restos
devueltos por el asesino; pero, cuando los Konno volvían del funeral,
encontraron otra carta del tal Yuko Imada, en la que notificaba, a
manera de una especie de crónica forense, los cambios que fue sufriendo
el cadáver de Mary…

Pero… ¿Por qué Tsutomu hacía todas esas cosas?

¿Quería llamar la atención y vengarse?

¿Acaso había un sentido social en todo eso?

Según el profesor Akira Ishii:

"Nada de eso tenía un significado social, para él era como jugar a un
videojuego, además del punto de causar sensación. No estaba tratando de
obtener el reconocimiento de la sociedad. Tenía una sociedad en su
mente, de la cual él era el núcleo"

En el verano de 1989, la inquietud de Tsutomu había crecido y él
trabajaba menos y pasaba más tiempo editando sus cintas de vídeo. En el
primer día de junio, vio a las niñas jugando cerca de la Escuela
Primaria Akishima, y ??convenció a una de ellas para fotografiarle las
bragas. Cuando empezó a fotografiarla, algunos vecinos lo vieron y lo
persiguieron. Él escapó, pero cinco días después volvería con mucha más
fuerza.

El 6 de junio, en un parque de Ariake cerca de la bahía de Tokio,
Tsutomu se encontró con la niña Ayako Nomoto de cinco años. La niña
jugaba sola, y el monstruo se acercó y la convenció de dejarse
fotografiar, a lo que ella accedió tomándole muchas fotos de forma tal
que ella se acostumbrase, se divirtiese y cogiese confianza. Entonces
finalmente le dijo para tomarle más fotos en el interior de su coche, y
la inocente niña aceptó.

El asesino estacionó el coche a unos 800 metros y le entregó a la niña
un palo de goma, pero ésta, al ver las manos deformes de Tsutomu, lanzó
un comentario que al asesino le pareció ofensivo… Lleno de ira, Tsutomu
se puso unos guantes de vinilo, exclamó "¡esto es lo que sucede con los
niños que dicen cosas así!", gruñó, la agarró por el cuello, la
estranguló y, habiéndola matado, pateó y pateó el cadáver por unos
cuatro o cinco minutos, tras los cuales se calmó y envolvió el
cuerpecito inerte en una sábana, poniéndolo después en el maletero del
coche.

Esta vez, el enfermo no se deshizo del cadáver sino que fue, alquiló una
cámara y se llevó el cuerpo a su apartamento, donde esperó dos horas, lo
puso en una mesa, lo abrió de piernas para destacar la vagina, y comenzó
a tomar fotografías y a filmar mientras se masturbaba. Posteriormente y
tras saciarse, ató las manos y pies del cadáver con nylon

Esta vez, tomó el cuerpo a casa, con parada en una tienda de video en
Koenji alquilar una cámara. La casa estaba a oscuras cuando se estacionó
al lado del bungalow de dos habitaciones. Esperó dos horas, luego llevó
el pequeño cadáver en el interior, donde se quitó la ropa y se limpió
con una toalla.

Dos días más tarde, el olor del cadáver se hizo insoportable. Tsutomu
sabía que debía deshacerse del cadáver, así que le cortó la cabeza, las
manos y los pies, dejando el torso en un baño público del cementerio de
Hanno, tostando las manos y comiendo un poco de éstas en su patio
trasero, y arrojando todo el resto en una colina del bosque de
Mitakeyama, a unos 230 metros de su casa.

No obstante lo último tampoco resultaba seguro ya que la Policía podía
encontrar los restos fácilmente, por lo que, unas dos semanas después
del crimen, fue a la colina, rescató los restos, los metió en una bolsa
que guardó detrás de su habitación, y finalmente esparció esos restos
por el bosque, quemando el pelo del cadáver, la ropa, las sábanas usadas
para envolverlo anteriormente y la bolsa de plástico.

Cinco días más tarde, después de que la Policía había distribuido 10.000
folletos con la descripción y la fotografía de Ayako Nomoto, el torso
mutilado de la niña fue encontrado en el cementerio e identificado como
perteneciente a ella tras los exámenes forenses.

Con toda la alarma policial y la preocupación social que existía en
torno al problema, Tsunomo debió desistir de sus crímenes, pero ni con
eso se abstuvo de volver a la acción el domingo 23 de julio de 1989. En
ese día, Tsutomu vio a dos hermanas que jugaban cerca de un lavado
público en Hachioji, tras lo cual detuvo su coche y se bajó.

"Quédate aquí", dijo la niña mayor a la menor cerca de un río, tras lo
cual salió corriendo a casa de su padre, quien inmediatamente corrió
hacia el lugar de los hechos solo para encontrar a su hija menor desnuda
junto a un desconocido que le fotografiaba la vagina…

Furioso, el padre de la niña agarró a Tsutomu y lo tiró al suelo, pero
éste se apartó y salió corriendo hacia la orilla pantanosa del río,
sobre la que corrió hasta volver a su coche, pero allí estaban
esperándolo algunos policías que lo detuvieron bajo el cargo de "obligar
a una menor a cometer actos indecentes".

Tras capturarlo, la Policía creía haber encontrado por fin a su asesino
en serie.

Diecisiete días más tarde, Miyazaki confesó haber asesinado a Ayako
Nomoto, cuyo cráneo fue hallado al día siguiente en las colinas de
Okutama. También confesó el asesinato de Erika Namba y el de Mari Konno,
de los cuales los videoclips fueron encontrados entre las 6.000 cintas
en la habitación de Miyazaki. Posteriormente, el 6 de septiembre se
encontraron los restos de Masami Yoshizawa en los bosques cerca Komine
Pass, en Itsukaichi.

En 1989, Tsutomu Miyazaki fue declarado culpable de lo que se conoció
como "Los crímenes del Otaku"

Después de la condena de su hijo, el padre de Tsutomu, que se había
negado a pagar la defensa legal de su hijo por razones morales, no
toleró el deshonor y, como es relativamente habitual entre los japoneses
que experimentan el oprobio público, se suicidó.

Durante la década de 1990, Tsutomu permaneció encarcelado mientras se lo
sometía a una serie de evaluaciones psiquiátricas, concluyéndose, en
1997, por parte de un equipo de psiquiatras de la Universidad de Tokio,
que Miyazaki, a pesar de que sufría de trastorno de personalidad
múltiple y esquizofrenia extrema, aún era consciente de la gravedad
moral y de las consecuencias humanas de sus crímenes, y por ende era
responsable de ellos.

Poco después se lo condenó a muerte en la horca. Sin embargo estuvo en
el corredor de la muerte por muchos años, intentando reducir su condena
a cadena perpetua, además de que solicitó que, si lo matan, le apliquen
inyección letal y no ahorcamiento, pena a la cual temía profundamente.

En cuanto a su vida en prisión, siguió siendo la misma que antes: leyó
mangas, cómics, y vio series y películas de anime, en la pequeña tv
donde esperó la condena inapelable de la muerte, ratificada por la Corte
Suprema de Justicia el 17 de enero del 2006, y aplicada en junio del
2008, mes en el cual un martes, junto a dos criminales más, Miyazaki fue
ahorcado, ya que la Corte Suprema de Justicia consideró, en base a los
análisis psiquiátricos, que el asesino no tenía ningún trastorno mental
cuya naturaleza lo pudiese librar de responsabilidad penal.

Issei Sagawa...

Issei Sagawa era un estudiante japonés muy inteligente, obsesionado con
las mujeres altas de rasgos occidentales. De baja estatura, medía 1.50
metros. Poseía manos y pies pequeños, cojeaba al caminar e incluso su
voz era delgada. En algunas entrevistas posteriores, mencionó que era el
tipo de hombre que la mayoría de las mujeres no encontraría atractivo.

Pese a su extrema timidez, estaba obsesionado con tener a su lado a "la
mujer perfecta". Su fantasía se hizo realidad mientras estudiaba
Literatura Inglesa en la Universidad de Wako en Tokio. Ahí se relacionó
con una mujer que daba clases de idiomas.

Un día de verano se metió a través de la ventana a su apartamento e
intentó matarla. Para su deleite, ella estaba dormida y tenía ropa
interior muy pequeña que cubría parte de su cuerpo. Buscó algo para
apuñalarla o golpearla y descubrió un paraguas. Sin embargo, antes de
que pudiera hacer algo, la mujer despertó y al descubrirlo gritó
desesperada, provocando la huida del intruso.

Issei no olvidaría esa experiencia. Había sido muy fácil estar cerca de
una mujer atractiva y si era más cuidadoso con el ataque, podría hacer
realidad su fantasía. Empezó a investigar y vigilar a sus potenciales
víctimas para planear sus ataques y que no pudieran escapar.

Su fantasía se volvió a hacer realidad cuando viajó a París y halló a
una chica que ya nunca pudo sacar de su mente. Su piel blanca, la forma
carnosa de sus nalgas y sus pechos correspondían al estereotipo que
buscaba. Se llamaba Renee Hartevelt. Era holandesa, tenía 25 años,
hablaba cuatro idiomas (holandés, alemán, francés e inglés) y poseía un
futuro prominente.

Había viajado por varias partes del mundo, estudiando y relacionándose
con personas de diferentes culturas. Su objetivo era un Doctorado en
Filosofía o en Literatura Francesa. Issei le pidió que le enseñara
alemán; el padre de Issei por ser multimillonario podría pagarle
cualquier sueldo. Ella aceptó. Le gustó su inteligencia, su conocimiento
de la pintura y literatura europeas.

Renee salía a menudo con él y con frecuencia lo invitaba a su
apartamento a tomar el té. Sus continuas salidas a bailes le dieron a
Issei un sentido más real de sus macabras fantasías. Al llegar a París,
Issei había comprado un rifle calibre 22 para su protección. La noche
del 11 de junio de 1981, hizo sentar en el suelo a Renee al estilo
japonés para beber el té. Con la bebida mezcló un poco de whisky.
Hablaron durante varias horas. Issei le declaró su amor, pero Renee lo
rechazó y le explicó que sólo quería ser su amiga. Issei se levantó
desconcertado. Después tomó su rifle y le disparó en el cuello. Ella
cayó de la silla; él le continuó hablando, pero ella no respondió. Pero
el asesinato fue sólo el principio de la historia que estremeció al mundo.

Sagawa llevaba un diario; basado en esas anotaciones, años después
publicó un libro titulado In the fog (En la niebla) donde describe,
entre otras cosas y de manera detallada, lo que hizo con el cuerpo de
Renee después de muerta. Fragmentos de ese diario narran los sucesos
ocurridos entre mayo y junio de 1981, en particular los días posteriores
al crimen:

"París, Francia, mayo de 1981. Soy en mi estilo horrible. Tengo manos y
pies pequeños, una voz filosa como la de un eunuco y una cabeza
desproporcionada por la cual circula un único pensamiento. Mido un metro
cuarenta y cojeo al caminar. Ella en cambio es alta. Su nombre: Renée
Hartevelt. Holandesa, rubia. Por sobretodo rubia.

Se ha inscrito a mitad de año en nuestro curso de Literatura Comparada.
Desde el primer día me siento a su lado sin dejar de pensar ni por un
momento en la blancura de su brazo. Le he pedido que me enseñe holandés
o alemán. He aquí la interesante verdad. Reducida. Infinitamente
limitada al dominio de las palabras. Ella acepta. Sin duda le divierte
el hecho ser la única a quien le hablo. No oculta su asombro frente a mi
inteligencia. No finge ni simula como el resto.

Es mayo. Caminamos juntos sin parar de hablar bordeando un bosque. Tan
rico, tan arrebatador como lo es ella misma. La cuestión de la realidad
de ahora en adelante se diluye. Apenas una partícula de coherencia para
sostener la historia. Me animo por fin a invitarla a mi departamento.
Hemos tenido una conversación agradable, pero algo agotadora acerca de
Shiki Masaoka y el mito de su belleza. Antes de irse, le pido que lea
por última vez ‘Iglesia Muerta’ de Trakl. Mientras su boca gesticula, la
mía se deforma. Cuando se marcha, me dedico a oler y lamer cada sitio
donde ella ha estado sentada.

No necesito tomar prestado ningún motivo. Poco importa. Simplemente, el
germen creció tanto que un día todo pareció diminuto. Renée colaboró a
transplantarlo. Vuelvo a invitarla. Se ha mostrado complacida con la
idea de grabar la lectura de aquel poema que tanto disfruto. Le he dicho
que mi intención es hacer oír luego la cinta a un profesor. Cenaremos
sukiyaky; trozar, secar y servir. Todo muy sencillo. Prestando atención
en no mezclar jamás los olores.

Renee Hartevelt (002).jpg
<https://static.wikia.nocookie.net/creepypasta/images/6/66/Renee_Hartevelt_%28002%29.jpg/revision/latest?cb=20140114033814&path-prefix=es>

11 al 14 de junio de 1981. Renee repite algunas frases mientras yo
preparo la grabadora. A la señal acordada comienza. Siento cómo su voz
me traspasa: ‘Lo mira fijo desde muchos ojos en el vacío. Y una voz
semejante a todas las otras solloza mientras el espanto crece en el
espacio’. De pronto una luz, un fuerte sonido y luego, su cuerpo cayendo
de la silla al piso. Sus ojos, su nariz, su boca, la sangre sale por un
orificio en su frente. Insisto en hablarle, pero no responde. Trato de
limpiarla pero no puedo detener el fluido de su cabeza. Todo está muy
callado. Sólo el silencio de la muerte persiste.

No había previsto la dificultad que implica desnudar a un muerto.
Finalmente lo consigo. Su cuerpo es blanco, casi transparente. La toco,
es lisa. Completamente luminosa. Entonces me pregunto dónde debería
morder primero. Me decido por una de sus nalgas. Tomo fotografías de
todo el suceso. Mi nariz se cubre con su piel fría. Intento continuar
pero no puedo.

Un repentino dolor de cabeza me distrae. Voy por un cuchillo y lo clavo
profundamente en ella. Mucha grasa exuda del corte. Es extraño cómo
miles de secretos sutiles y grotescos van poco a poco apareciendo. Tras
un montón de capas amarillas asoma algo de carne roja. Corto un trozo y
la pongo en mi boca. No presenta olor alguno. Se derrite en mi lengua
cual perfecto bocado de pescado crudo. Rebano su cuerpo y levanto la
carne repetidas veces. Tomo una fotografía de su cadáver opacado solo
por la profundidad de las heridas.

Ya desnudo, me tiendo sobre ella y penetro su cuerpo aún tibio. Cuando
la abrazo emite una especie de suspiro. Me asusto. La beso y le digo que
la amo. Es increíble que aún muerta siga siendo tan reservada. Tiene una
nariz pequeña y labios delgados. Mientras vivía ansié morderlos. Ahora
puedo satisfacer cuantas veces quiera ese deseo. Mastico el cartílago
hasta oír cómo se rompe. Utilizo un pequeño cuchillo para cortarlo aún
más. Es duro y desabrido.

Arrastro su cuerpo hasta el cuarto de baño. Estoy exhausto, sin embargo
consigo cortar su cadera. Apuñalo el estómago. Al abrirlo sobresalen
gruesos y largos tubos que se enrollan sobre sí mismos. En uno de sus
extremos encuentro una bolsa gris. Debe ser su vejiga. Un intenso olor
se desprende tan pronto como la levanto. Introduzco mi mano en la
cavidad. Agarro otra bolsa. Creo que es su matriz.

El hallazgo me paraliza por un momento. Si ella hubiera vivido, habría
tenido un bebé en esta matriz. Ese pensamiento me deprime. Saco los
tubos. Siento que la piel me arde. El líquido me quema los dedos. Avanzo
con el cuchillo eléctrico más arriba, a través de músculos y órganos. Al
llegar a la columna vertebral el aparato se detiene y debo recurrir a
una pequeña sierra.

Pongo la carne en una cacerola. Después que todo está listo, acerco la
mesa y uso su ropa interior como mantel y servilletas. Retrocedo la
cinta con la bella lectura que ha hecho del poema. Noto que falta
todavía algo de sabor. Añado sal y mostaza. Su carne es de una calidad
espléndida, muy alta.

Voy de nuevo al cuarto de baño y corto parte de su pecho, que deposito
en el horno. Me agacho para observar cómo se hincha mientras se cocina.
Lo sirvo tal cual lo he trozado. No es tan bueno como esperaba.
Demasiado grasoso. Intento probar en otra parte. Empiezo a comer al
azar. Muerdo un dedo del pie. Aceptable.

Debo extraer la carne antes de amputar los miembros. Toco el cuerpo frío
otra vez. Agarro su rodilla y la rasgo con mis dientes. Sus muslos son
muy blandos. Mastico lentamente. Cuando miro en el espejo apenas
reconozco mi cara, está entera cubierta de grasa. No resisto el sueño.
Me recuesto a su lado."

Issei Sagawa (002).jpg
<https://static.wikia.nocookie.net/creepypasta/images/c/cb/Issei_Sagawa_%28002%29.jpg/revision/latest?cb=20140114033754&path-prefix=es>

Exhausto, Sagawa tomó lo que quedaba del cadáver, lo llevó a su cama y
durmió con él. A la mañana siguiente pensó librarse de la evidencia,
pero al levantarse descubrió que el cuerpo no olía mal aún y continuó
comiendo. Al día siguiente del crimen, escribió en su diario:

"El zumbido de tres enormes moscas me despierta. Son tan grandes que
parecen un enjambre oscureciendo su rostro. Al moverme se despegan.
Intento seguirlas, pero escapan. Lo sé. Son la señal de que ya la he
perdido, que la he roto para siempre. Como un niño rompe su juguete
predilecto.

Nada en ella huele mal pese al tiempo transcurrido. Continúo comiendo,
en particular sus brazos, que es una de sus partes más sabrosas. Recorto
el ano y lo meto en mi boca, pero su olor es muy fuerte y me obliga a
escupirlo. Al freírlo no ha disminuido su olor, por lo cual lo he dejado
al interior del abdomen. Al poco rato, anhelo su lengua. Como no puedo
abrir su mandíbula, planeo un modo de alcanzarla a través de sus
dientes. Finalmente sale, la hago estallar en mi boca y me miro
masticándola en el espejo. Luego voy por los ojos.

Es necesario terminar con todo esto. Desprender su cabeza es la cosa más
difícil que he tenido que hacer. Corto el cuello hasta que puedo ver el
hueso, después corto otra vez. Todavía lleva su collar. Intento utilizar
el cuchillo eléctrico, pero no funciona. Uso otra vez la sierra. Imagino
la guillotina. Es asombrosamente fácil decapitar si se tiene un
instrumento eficaz a mano.

Pulso varias veces. Requiere de gran esfuerzo cercenar las piernas. Su
cuerpo salta. Finalmente se separan. Entonces corto los brazos, que
resultan incluso más duros que éstas. El cuchillo eléctrico da resultado
esta vez. En su mano izquierda todavía luce el anillo y la pulsera que
le regalé hace unos días."

Días más tarde, la Luna de Miel había terminado. Con un hacha la cortó
en pedazos más pequeños para meterla en una maleta que había comprado
para este fin. Mientras la desmembraba se excitó y con la mano del
cadáver procedió a masturbarse. Cortó su nariz y sus labios, y los
guardó para sus fantasías sexuales posteriores.

A la medianoche del segundo día guardó todos los pedazos bajo llave en
su maleta, llamó un taxi y pidió lo llevara al Bosque de Boulogne. Una
vez allí trató de botarla al lago, pero dada su complexión física le
resultó muy pesada. Cuando descubrió que varias personas lo miraban se
asustó, la tiró rápidamente y huyó. Una pareja que paseaba por el lugar
vio una mano de mujer llena de sangre y llamó a la policía.

Mientras tanto, Issei regresó a su apartamento a disfrutar de los
filetes de Renee que conservaba en el refrigerador. Cada día que estuvo
en libertad comió pedazos del cadáver.

Dice en su diario:

"Ordeno cuidadosamente los platos. Abro el refrigerador. La huelo y miro
desnuda ahí adentro. Reconozco cada uno de los segmentos de carne. Esto
es parte de su cadera y esto de su muslo. Los frío.

Su ropa permanece sobre la mesa de cristal. Finalmente corto sus partes
íntimas. Cuando toco el vello del pubis, me percato de que tiene un mal
olor. Muerdo su clítoris, pero no se desprende, sólo se estira.

Lo pongo en la sartén y después en mi boca. Lo mastico cuidadosamente y
lo trago. Es muy dulce. Sin embargo, cuando está en la boca se hace
difícil conectar un trozo de carne con un cuerpo. No guardan semejanza
alguna. Pero continuaré comiendo hasta que ellos vengan. Cada día la
carne llega a ser más blanda, cada día el gusto más exacto. Más dulce."

Cuando la policía francesa finalmente llegó a su apartamento con una
orden de captura, Issei los dejó entrar sin problemas. Abrieron el
refrigerador y encontraron pedazos de un cuerpo de mujer, incluso los
labios.

Issei confesó lo que había hecho y agregó que tenía una historia médica
con una enfermedad mental. De hecho, sus descripciones fueron tan
detalladas que el juez decidió que él no era competente para juzgarlo.

Sagawa fue condenado a un período indefinido de prisión en el asilo Paul
Guiraud. Los tres psiquiatras que lo evaluaron dijeron que nunca se
curaría. Su multimillonario padre, Akira Sagawa, presidente de Kurita
Water Industries en Tokio, hizo un trato para que en 1984 su hijo fuera
transferido al hospital psiquiátrico Matsuzawa en Japón. El fiscal creyó
que allí estaría preso de por vida, pero solamente permaneció internado
quince meses y quedó libre en agosto de 1985, gracias a su padre.

No podemos saber con exactitud hasta dónde la ‘Fantasía del Blanco’
orilló a Sagawa a comerse a Renée. Lo cierto es que Sagawa no probó
todas las partes del cuerpo de ella. No comió vísceras, por ejemplo. A
diferencia de sus partes íntimas. Algo que destaca Jean-Luc Hennig en su
libro Breve historia del culo es que Sagawa comenzó a comérsela por el
glúteo derecho. En el libro In the fog puede verse que sus partes
íntimas fueron las que probó al último.

En Japón, Sagawa llegó a convertirse en una celebridad. Escribió varios
libros y colaboró en un periódico. Frecuentemente apareció en televisión
y llegó a mostrar en videos cómo había matado, cortado y comido a Renee.

En 1983, en el álbum Undercover, los Rolling Stones incluyeron una
canción titulada "Too much blood" ("Demasiada sangre"), escrita por Mick
Jagger y Keith Richards, inspirada en Issei Sagawa, como una forma de
rendirle homenaje al único caníbal de la historia que podía asistir a
los espectáculos de televisión y a los talk shows para hablar sobre su
hazaña.

Considerado un artista, Sagawa confesó con cierto esnobismo que la única
forma de reivindicarse por el asesinato de la chica holandesa sería ser
comido por una mujer occidental joven. Declaró que le gustaría que
sucediera. Sagawa afirmaba, con una sonrisa en el rostro:

"El público me ha hecho el Padrino del Canibalismo y estoy completa mente feliz con eso.

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Última edición por Alexander-Mortem, 23.07.2022 07:29:41

195. vrivri,

maaaaaan... el peor de todo eso es que es real. y que tiene imágenes! jaja.

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196. mailim,

verdad, lo mas aterrador es que es real, y si, ahora por suerte no las puedo ver.

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197. vrivri,

yo ni si lo viera entrava al enlace. sos loca? xd

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198. Thomas_White,

un par de historias cortas.
1: Era el primer día de Belén en la biblioteca del estado. La enviaron desde el colegio para conseguir algunos créditos extras por lo que ni ella ni el bibliotecario estaban preparados, ni dispuestos para trabajar juntos. El hombre que trabajaba ahí desde hace 30 años, trató de mantenerla lo más lejos posible, así que le dio el área de libros comunes, prohibiéndole entrar a las demás.
Pero la joven no tenía intenciones de obedecer a un viejo mal encarado, todas las cosas que él decía, ella las tomaba como reto. Empezó a tomar libros de las "secciones prohibidas", se los llevaba a casa, veía una cuantas páginas y los aventaba a un rincón por aburridos, no entendía porque el bibliotecario los cuidaba tanto.
Uno de tantos libros que tomó sin permiso, resultó algo distinto a los demás, estaba cubierto en piel como muchos otros, pero era tan tersa, delgada y tan suave que invitaba a acariciarla más de una vez; no tenía algún título, editorial o ilustración en la portada, ¡en realidad no tenía nada!, ninguna marca que dañara aquella bella piel. Entonces lo más lógico para conocer su contenido era abrirlo.
Cuando la chica lo hizo, una ligera brisa alcanzó a enfriar sus pies y después le siguió el cuerpo, al ver que en realidad tenía en las manos un diario en donde se relataban hechos macabros acontecidos en la vida de una persona desconocida.
Las cosas que se narraban ahí, rebasaban por mucho las peores películas que había visto en su vida, tenía el miedo clavado en la espina, pero aun así, algo la motivaba a seguir leyendo sin parar. En tan solo una decena de páginas, su mente estaba hecha trizas, pues en cada una de ellas se narraba un terrible asesinato y aun restaban cientos de ellas. No tenía tiempo de leerlas todas, así que saltó a las ultimas, las cuales resultaban por mucho, peores que las primeras, como si la maldad del dueño del diario hubiese crecido con la práctica.
Al siguiente día, llegó con el bibliotecario, le entregó el diario en sus manos, confesó haberlo desobedecido, y pedía disculpas por ello… el hombre lo tomó con una sonrisa, y simplemente dijo a la chica: —¡No te preocupes!... con esa actitud, lo único que has logrado es que hable de ti en mi diario…—

2: Cada fin de semana, la rutina era la misma; ella salía del trabajo a prisa, para llegar a casa y tomar un aromático baño, luego se sentaba horas frente al espejo embelleciéndose. El toque final, siempre un vestido rojo, porque le gustaba llamar la atención, además, hacia resaltar su hermosa piel clara, labios carmín y la sedosa cabellera negra que cubría un poco el gran escote en su espalda.
Volvía de su gran noche de fiesta, luciendo tan hermosa como al salir de casa, solo que el cansancio de tanto bailar, la obligaba a cargar sus tacones en mano, mientras el cemento frio e irregular por el que caminaba, masajeaba sus pies a cada paso.
Ese camino lo recorrió tantas veces, que podía fácilmente llegar a su destino con los ojos cerrados si así lo quisiera, por lo cual no le molestaba dejar caer sus parpados para dedicarse a escuchar y oler la noche que tanto le fascinaba. Avanzaba lentamente, buscando sorprenderse con algún detalle que pudo ignorar al llenarse con las imágenes que pasaban por su retina, fue entonces que descubrió… un agitado resoplido, acompañado de un olor particular que transportaba un ligero viento que apenas le movía un par de cabellos. Temía abrir los ojos y perder el rastro de aquello que había provocado tantas sensaciones en su cuerpo…
Siguió así, ensanchando sus fosas nasales, para que aquel sabroso olor a metal húmedo la guiara hasta el punto exacto de su procedencia… uno, dos, tres… decenas de ansiosos pasos, y se detuvo en la entrada de un callejón, el lugar era una fiesta de sonidos y olores que le nublaban la razón.
Gemidos, lamentos, respiraciones agitadas, algo que se desgarra o se rompe; finalmente un rechinido que le obliga a abrir rápidamente los ojos, para verlos ahí… de rodillas, hundiendo sus colmillos y desgarrando el cuerpo de aquel hombre para alimentarse.
Ella deja caer sus tacones, en el choque de estos contra el suelo, ellos se dan cuenta que no están solos, voltean, la miraban fijamente por un segundo y vuelven a lo suyo, ella no puede resistirlo, se tira sobre sus rodillas, se arrastra por el suelo… el estómago parece consumirse a sí mismo, la obliga a retorcerse y convulsionar, pero todo termina, cuando hunde sus dientes en el cuerpo del hombre muerto, el tibio sabor a hierro despierta nuevamente sus sentidos, siente la vida fluir dentro de ella, la hace vibrar, hundiendo otra y vez su cara en las vísceras de aquel cuerpo, para no dejar escapar aquella sensación de plenitud…
Ella tenía razón, ¡el rojo es su color! Y la sangre su nuevo vestido, seguramente volverá nuevamente a ese callejón, para cenar junto a los suyos.

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199. inuyassha,

okaaay? interesante las istorias, que digo interesantes, que cosas tan macabras! me dio miedo y tras deeso me da asco escuchar esas matansas peeero como soy pendejo sigo y sigo leyendo estas istorias del nigromante, esa ultima historia no le entendí el final a el espamero corta pero interesante feliz y terrorífica noche/madrugada

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200. Alexander-Mortem,

hola mis queridos disípulos, les habla su maéstro, el nigromante, bienvenidos a mi casa.

aquí su maestro de regreso con otro aporte, esta bes algo mas de esoterismo, e publicado rituales, algunos que yo mismo e probado con resultados mas que satisfactorios.

ahora les traigo una oración, si, una oración.

pero no a un santo, eso para mi cería un insulto, es una oración a una reina, una diosa y princesa de la noche, una oración a nuestra hermosa princesa infernál.

Lilith.

sin mas por el momento.

¿el nigromante presenta?

Oración a la diosa Lilith…

Con ojos de ensueño y mirada profunda
emergiste de un mar infinito, cuando todo era nada...
Primera Mujer, creada del polvo de la tierra, volando surcaste los
submundos, bella doncella alada. Diosa Primigenia, Primera Mujer creada.

Diosa de Diosas, Madre de la Existencia... viento nocturno de una noche
azulada, oscura en las Escrituras y hoy, la luz de las conciencias. No
te ataste a la paz de Edén, fuiste espíritu del viento, balanza y
equilibrio entre el pájaro y el dragón... sagrada sabiduría del Árbol
del Conocimiento, primer Ser que se juega por un sueño de amor. El
anochecer de un Mar Rojo fue tu exilio tu dolor se erigió en Luz de la
Eterna Oscuridad...
tus Lilims, pequeños cristalitos plateados, tu anillo de Shem, la guía
hacia la Inmortalidad.

Ya sea como Empusa en la Grecia Antigua
o despertando el placer de la mano de Isthar...
como vampira exquisita, reflejo sensual de una Luna lasciva
siempre, siempre, encanto eterno de la voluptuosidad. Como guardiana del
goce, en la bella Babilonia
o allá en la antigua Sumeria, como espíritu luminoso...
desencadenadora de anhelos escondidos, como Succubo dorado de algún
sueño lujurioso...
vinculo del hombre con el Misterio de la mujer, siempre, siempre,
encanto eterno de la plenitud y el gozo.

¡Lilith! se el abrigo de mi invierno
se el agua que calme mi sed y se mi calidez...
se mi calor, mi consuelo y mi reposo
déjate ver majestuosa en tu bella desnudez. ¡Lilith! aliméntate de mi
roció, como la piel de la tierra
conviértete en la Doncella que yo sabré conquistar...
quiero volar contigo en tu corcel negro alado, se mi sueño de amor
imposible que quiero cristalizar. ¡Lilith! Pétalo aterciopelado de una
rosa muy negra y muy bella
desciende de Venus, bienvenida a la Tierra, se mi Despertar...
quiero verte transmutada en los ojos de mi amada
y percibir tu Magia, en las burbujas de una copa de champaña. Lilith,
tal vez, hace siglos, fui el aire de tu viento... Lilith, tal vez, nos
encontremos en el Fin de los Tiempos.

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201. Aisanne,

esa oración parece ser una llamada a ella, a que te lleve con sigo.

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202. inuyassha,

taaaaaammmbiien pienso lo mismo xd

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203. alaska ,

siii tal cual.

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204. Aisanne,

lo que no entiendo es si hay que pronunciarla, y cual es el efecto de hacerlo

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205. alaska ,

noo. yo por las dudas ni la leo dos veces. no sea que se manifieste y me lleve? Respeto y de lejos. Estoy bien en este mundo! 😀

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206. inuyassha,

taaambiien pienso lo mismo solo lo tengo para escuchar na ni por que me paguen pronuncio ni leo eso asi como toy toy bien xd

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207. Ghelach_ghorm ,

guardo hilo.

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208. Alexander-Mortem,

hola mis queridos disípulos, les habla su maéstro, el nigromante, bienvenidos a mi casa.

y poreso niños, yo no asepto regalos de cualquiera.

¿el nigromante presenta?

La muñeca negra...

Me fascinan las antigüedades, soy una gran fanática de juntar chucherías
viejas, tengo de todo, monedas, billetes, juguetes, adornos, libros y
todo lo que se les pueda ocurrir también lo tengo. No se porque hallo
tan entretenido pasar las tardes de mis días libres revolviendo en
tiendas exóticas y ferias de pulgas en busca de arcaicos tesoros sin valor.

Mi historia comienza un fin de semana como cualquier otro para mí,
haciendo un tour por las ferias de pulgas, compre algunos vestidos de
los años 20, que jamás usaría y una lámpara Tiffany muy bonita y cuando
ya me disponía a marcharme, divise en medio de los puestos uno pequeño
que me llamo la atención, tenia una cantidad inimaginable y variada de
muñecas de porcelana y juguetes antiguos, volví sobre mis pasos y me
puse a revisar una por una las muñecas, ¡Cual de todas mas bonita! Con
sus vestidítos de seda y sus rulos artificiales, me parecían preciosas.
Estaba absorta contemplándolas para tratar de elegir cual me llevaría,
cuando se me acerco sigilosamente un anciano

-Elige la que mas te guste Katalina -me dijo casi en un susurro- Yo te
la regalo.

Me sobresalte mucho, primero porque me sorprendió y segundo, porque el
anciano conocía mi nombre. Era extraño, pero como desconfiar de aquel
ancianíto de mirada dulce y de gestos amables, era evidente que era casi
tan viejo como el tiempo, su piel parecía un pergamino amarillento y
descolorido, aunque todavía le quedaban resabios de una
antigua galladura. Lo mire muy sorprendida y solo se me ocurrió presentarme

-Katalina Frías, un gusto conocerlo -le dije mientras le tendía la mano-
¿Nos conocemos?.

-Por supuesto pequeña, yo fui amigo de tu padre hace muchos muchos años,
tal vez tu no me recuerdes porque eras un bebe cuando me viste por
ultima vez.

Conforme con la explicación, me dispuse a elegir una muñeca, después de
todo, si había sido amigo de mi padre, no podía ser malo.

De entre todas las muñecas que había, me prende de una en particular, su
piel era de un color similar al chocolate, tenia ojos que parecían de
gato, grandes, brillantes y verdes, y sus rizos eran oscuros como la
noche. Resaltaba por encima de todas las otras, que parecían rubias
sosas comparadas con ella

-¡Esa quiero! -exclame, mientras señalaba a la morenita- Es muy hermosa
y me gustaría llevármela.

-Oh niña! esa muñeca no es para ti, elije otra mejor -me dijo con un
tono triste, y me explico que ademas de ser muy antigua, sus dueñas
anteriores habían muerto de maneras horrendas y misteriosas. Pero yo
estaba encaprichada y no me importo así que le insistí hasta que aceptó.

-Bien, si esa es la que te gusta, puedes llevártela-me dijo mientras la
sacaba del escaparate y la envolvía cuidadosamente en papel de seda y la
metía en una primorosa bolsita de papel. Me alcanzo la bolsa con mi
regalo y se despidió de mí con mucho afecto, mientras caminaba de
regreso a mi auto, gire para mirar al anciano y note en su mirada un
destello malévolo que me hizo caminar más rápido.

Ya en casa, deje mi cartera y la bolsa con la muñeca en el salón,
acaricié a mi gata y pase de largo hacia la habitación del fondo, que
era una especie de exhibición, en donde tenia todos mis artículos
coleccionables, acomode los vestidos en perchas y los colgué en un
armario viejo como ellos, acomode la lámpara sobre una mesa y feliz
conmigo misma me fui de regreso al salón, con la intención de examinar
mi muñeca nueva.

Me sorprendió ver la bolsa en el suelo, y el papel de seda rasgado, pero
asumí que el minino de la casa había estado haciendo de las suyas.
Esperaba de corazón que la muñeca no se hubiera dañado con la caída, la
levante con mucho cuidado y me puse a observar sus detalles, era
increíble lo bien hecha que estaba, la porcelana era absolutamente
uniforme, sin fallas ni grumos como solían tener las muñecas de aquella
época, su pelito era suave, parecía natural, pero lo mas llamativo eran
sus ojos, parecía tener la mirada viva y hasta un poco traviesa, el
vestido de raso y seda, cuidadosamente bordado y pintado a mano, hacia
juego con los zapatitos y el bolso. Encantada con mi adquisición, decidí
que no la llevaría a la sala donde estaban las demás cosas, no eso no,
era demasiado bonita como para que se pierda en el mar de chucherías, de
modo que me levante y la coloque en la repisa de la chimenea, desde ahí
seguro se luciría, ya que estaba en el centro del salón y todas las
miradas se fijarían en ella.

Después de una cena sencilla, me fui a dormir, no sabría decir
exactamente que hora era pero era de madrugada y algo me despertó
violentamente, la sensación era como si me hubieran golpeado en el
estomago, no estaba segura de que si lo había soñado o era real, de
todos modos ya estaba despierta y aproveche para ir al baño a tomar un
poco de agua, de regreso en la habitación, note algo un poco extraño,
sentía como si estuvieran observándome, era incomodo y hasta un poco
aterrador, pero se disipó en cuanto prendí la luz.

Los días pasaban y todas las noches era el mismo asunto, me golpeaban en
el estomago y me observaban fijamente hasta que encendiera alguna luz.
Trate de no dar importancia a lo que estaba ocurriendo, me decía a mi
misma que eran trucos de mi imaginación y que no era real.

Andaba toda embobada por dormir mal, y eso evitó que me fijara en las
aterradoras señales que habían a mi alrededor, mi gata ya no venia a
casa mas que para comer, ya no se echaba a dormir la siesta en el sillón
del salón que era su favorito y cada vez que pasaba cerca de la muñeca,
su pelaje se crispaba y refunfuñaba, hasta que un día dejo de venir,
tampoco noté que el vestido original de la muñeca estaba empezando a
quedarle pequeño. Yo misma me sentía desganada y enferma, como si
tuviera los primeros síntomas de una gripe, pero de nuevo, no di
importancia.

Hace dos noches atrás, escuche pasos en el salón y en la habitación del
fondo, era como si un niño corriera y jugara, me levante rápidamente
para ir a ver que estaba pasando, y me lleve una ingrata sorpresa, mi
hermosa muñeca de porcelana no estaba, busque por todos lados, pensando
que tal vez la había movido de lugar y lo olvide, pero no, no estaba por
ninguna parte, y asocié los ruidos de niño con el extravío de la muñeca.
Durante la mañana, fui al fondo a ver si no faltaba nada mas, pero ni
bien abrí la puerta, casi me desmayo de la impresión, mis juguetes
antiguos estaban regados por el suelo, algunos rotos, otros simplemente
desarmados, las demás cosas estaban revueltas, pero no faltaba nada, al
mover un sillón descubrí a mi morenita sentada debajo, oculta, era muy
raro que yo la hubiera dejado ahí, pero al menos no me la habían robado,
pero en cuanto la levante del suelo, advertí que su vestidito estaba
todo descosido, como si se lo hubieran puesto a una muñeca mas grande,
la deje en el sillón y seguí ordenando las cosas, para cuando termine de
poner orden, ya era hora de almorzar, así que tome a mi morenita y me la
lleve para arreglar su vestido, pero como no podía quedar desnuda, tome
también un vestidito que había comprado y todavía no se lo ponía a
ninguna muñequita

-¡Que mona!, vas a estrenar vestido nuevo -le dije- al menos lo usaras
hasta que repare el tuyo.

Y yo se que pensaran que estoy loca pero puedo jurar que sonrió. Ya en
la cocina, con mis instrumentos de costura, le quite la ropa y me aterré
al ver que la muñeca había crecido, no era que alguien le había cambiado
el vestido ni nada de eso, de verdad había crecido, era espeluznante
verla, e incluso, la sentía mas pesada, como si hubiera engordado
también, cosí el vestido a toda prisa, solo para descubrir que ya no le
entraba, ni ese, ni ninguno de todos los vestidos de muñeca que tenia en
la casa, estaba asustada y sorprendida a la vez, sin saber que hacer

-¿Piensas ponerme ropa o que?- una vocecita malévola salió de la muñeca.

Trate de soltarla, pero se aferró a mi mano y me miro de una forma que
me hizo gritar

-¿Ya terminaste de hacer berrinches niña?-me dijo de mala manera-¿Acaso
piensas que tienes derecho de dejarme así, toda desnuda y con frío?
Anda, ve por ropa para mi o me las pagaras.

Yo todavía no salía de mi asombro, era totalmente increíble, la muñeca
estaba viva y me exigía que la vistiera, de golpe recordé que tenía
algunas telas que había comprado para hacer cortinas

-Déjame ir por telas, te haré un lindo traje, pero por favor no me vayas
a lastimar -dije asustada.

Ella accedió y me soltó, me dirigí a la habitación seguida por aquella
terrible criatura, que ahora vigilaba cada uno de mis pasos. Debía
pensar en como zafarme de esa situación tan escalofriante, ¿como
conseguiría deshacerme de ese demonio sin que me lastimara?, mientras
pensaba que hacer, comencé a fabricarle su traje a medida, pero cada vez
que se lo probaba, tenia que hacerle aumentos por todos lados, parecía
crecer a cada momento, pero llegue al punto de que de tantos aumentos y
remiendos, me quedé sin tela.

Esta es mi oportunidad, pensaba, así que camine lentamente a la
habitación, pero al llegar a la puerta me detuve, la muñeca que venia
detrás de mí, también se detuvo, entonces con un rápido giro de la
cintura, me di vuelta y la patee tan fuerte como pude y me encerré en la
habitación, la escuche levantarse pesadamente y golpear la puerta una y
otra vez, mientras gritaba endemoniadamente que iba a pagárselas, que
nadie la despeinaba y se salía con la suya. Pasaron un par de horas y
estaba calmo afuera, pero no salí, sino que espié por la cerradura de la
puerta y la vi!, la vi caminar de un lado a otro, pero ya no tenia
tamaño de muñeca, ya no!, sino que ahora tenia la altura de una niña,
era terrible verla pasearse por el pasillo, mientras lanzaba maldiciones
en alguna lengua desconocida para mi, mire a mi alrededor por enésima
vez para tratar de encontrar como escaparme, pero no hallé nada de nada.

Ya es de noche, he perdido la noción del tiempo, pero que importa el
tiempo si de todas formas no voy a salir de aquí nunca, espié de nuevo
por la cerradura y mi carcelera ahora tiene el tamaño de una
adolescente, pero todavía mantiene su peinado con rulos de ébano y sus
ojos de gato, que brillan con una maldad abrumadora, llevaba un tiempo
calmada, y eso me daba pavor, porque seguramente estaba planeando algo.

La desesperación consumía mis horas, pero ya es tarde como para hacer
algo, escapar no me salvara, y quedarme aquí tampoco me ayudara en nada,
la decisión mas sabia es tomar aquellas brillantes y afiladas tijeras de
plata y terminar con todo de una vez.

La sangre escurre de mis venas, se derrama por el piso y se cuela por
debajo de la puerta, ya no hay nada mas que hacer, mi vida se esta
escurriendo por debajo de la puerta y alimenta a aquel demonio sediento.
Ella ha derribado la puerta con fuerza sobrehumana y se dispone a darse
un banquete conmigo mientras veo la maldad que hay en sus preciosos ojos
de gato. Quien habría imaginado que detrás de tanta
belleza existía tanta maldad, como sospechar siquiera que aquel regalo
mezquino iba a ser el ultimo que recibiera. No soy mas que comida para
ella, pero así es la vida unos son cazadores y otros somos cazados.

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209. inuyassha,

uffff, la narración es jenial y mientras 1 ba le yendo se va imaginando todo xd

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210. Franco-Escamilla ,

No me decepciona don mortem, mis dieces por la historia.
Perrísima aahhh.

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